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martes, 11 de enero de 2011

Pasa en las películas, pasa en la vida...

El viernes por la noche, mientras nos estábamos por acostar, se cortó la luz. Fue la primera vez que nos quedamos sin electricidad en la casa nueva.
Cuando estábamos por conciliar el sueño fue que lo oímos. Salimos del trance los dos muy bruscamente. Escuchamos un ruido en la puerta, exactamente el mismo que uno hace cuando mete la llave e intenta abrir. Me paralicé, mi corazón latía a mil. Sólo nosotros dos tenemos la llave...
Lo único que atiné a decir fue:
-Luis, yo no dejé puesta la llave...
Intentando expresar que, si alguien intentaba abrir la cerradura, tendría libre paso. Mi voz salió tan débil y tan quebrada del susto, que al día siguiente Luis dijo que creyó que yo estaba llorando.
El lo único que dijo fue:
-Shhh! Quedáte acá y llamá a la policía.
Nunca tardé tanto en encontrar el celular que siempre reposa sobre mi mesa de luz. Marqué *911 como una idiota...
-Luis! Luis! No tengo señal!!!!
Volví a intentarlo, y me di cuenta de que debía obviar el *. Me comuniqué en seguida.
Le dije al muchacho que alguien intentaba entrar en mi casa, me pidió la dirección y me dijo que me mantuviera a refugio.
Luis estaba ya en la puerta del dormitorio, oteando la oscuridad. Lo más silenciosamente que pude me vestí. Y como Luis ya se había aventurado en el comedor, afortunadamente sin hacer sonar ninguna baldosa floja (dijo que se sintió como James Bond, intentando no hacer nada de ruido), procedí a vestirme. Quién quiera que entrara, ladrón o policía, no pensaba dejar que me viera en paños menores...
Y me puse a resguardo, como dijo el muchacho del 911... me senté en el piso entre la cama y la pared. Me empecé a preocupar cuando no escuché ni a Luis, ni al supuesto ladrón, ni a la policía. Entonces me levante y trate de ver por las rendijas de la persiana. Vi las luces azules.
Le alcance la ropa a luis, que andaba con mi cuchilla mas grande y larga en la mano. La dejó sobre la mesa y recibió a la policía. Los oficiales preguntaron cuál era el problema. Luis les dijo lo que habíamos oído. Ellos pidieron permiso para revisar el patio.
Mientras uno de ellos iba hacia atrás con la linterna, el otro fue al móvil. En seguida volvió, con una de esas escopetas imponentes que usan. La imagen se me quedó grabada en la mente: el policía con la escopeta, al llegar a la esquina de la casa, cargo el arma al estilo "Terminator" y apuntó hacia el techo...
Revisaron todo, volvieron y nos dijeron que no habían visto nada... y que el vecino del ph del fondo estaba durmiendo con la puerta abierta. Nos dijeron que, cualquier cosa, los volviéramos a llamar.
Con Luis intercambiamos experiencias. Me comentó lo de las baldosas flojas a la salida de la habitación, cómo intento mirar por cada rendija sin ser visto y lo que le costó sacar la cuchilla del cajón sin hacer ruido.
No pudimos dormir hasta que no volvió la luz. Como los nenes, dormimos con la luz prendida, Luis con la cuchilla a su lado y despertándose a cada ruidito y yo, sobresaltándome a cada movimiento suyo.
Ahora duermo con la llave puesta en la cerradura...

martes, 4 de enero de 2011

Panchos para dos

Southpark - Fun with veals
Sé que es ridículo que esta sea mi primer entrada al blog, pero por algo se empieza, ¿no?

El domingo por la noche no tenía mucho de cenar, sólo 4 panchos. Le dije entonces a mi pareja:
-¿Comemos dos cada uno? ¿Te va a alcanzar?
-Sí, si. No hay problema.
Y entonces hice los 4 panchos con una sencilla ensalada de tomate y cebolla. Le dí dos a él y dejé dos en mi plato. Cuando estaba por la mitad del primer pancho noté que él ya había terminado. Miraba el pancho que yo todavía no había tocado y me miraba a mi, alternadamente. Obviamente quería MI pancho... Entonces le dije:
-Querés MI pancho, ¿no?
Por toda respuesta me guiño un ojo. Yo sabía que me iba a quedar con hambre, y no quería dar mi brazo a torcer... Pero entonces me miró con ojos de vaquita bebé (como en Southpark) y no pude evitarlo.
-Está bien, tomá.

En resumidas cuentas, creo que los hombres son como chicos. Es algo molesto porque ya son adultos, pero por otro lado, supongo que te ayudan a prepararte para cuando tengas hijos.